Disipando y combatiendo el consumo de drogas en Colón Oriente
“Gracias a la municipalidad de Las Condes y a la Junta de vecinos, todo se encuentra muy organizado” cuenta uno de los vecinos.
En la población Colón Oriente viven aproximadamente 4.200 personas , de las cuales unas 500 son consumidores de droga, y otros 50 vendedores. Al caminar por el barrio, uno se encuentra con panoramas un tanto desconcertantes. Madres que salen a las calles con los coches de sus hijos para no llamar la atención al vender drogas, padres que consumen frente a sus propios hijos, vecinos bajo el efecto del alcohol deambulando y molestando a los propios residentes, entre otras acciones. El barrio no es el mejor mirado por culpa de estos aspectos, pero hay una organización que a pesar de todo lo acontecido, está dispuesta a ayudar.
Tras el problema de la drogadicción en este sector, la municipalidad de Las Condes instaló años atrás, el centro comunitario Diaguitas, en el cual es posible encontrar talleres de prevención de drogas, como también ayuda sicológica y de recreación. El Este centro está perfeccionado la tarea de sacar adelante a los adolescentes y niños, gracias a los especialistas que trabajan para ayudar y poner especial atención en esta sede.
De entre todos los centros comunitarios instalados en la comuna, este es quizás el que tiene mayores conflictos y desafíos al trabajar con los llamados “jóvenes problemas”, ya que está ubicado en el perímetro central del consumo y venta de drogas, lo que según algunos funcionarios hace más fácil el que los mismos drogadictos busquen ayuda.
“Intentamos fomentar todo tipo de actividades, como el deporte, el trabajo en equipo, las habilidades comunicativas, las manualidades, el desarrollo y la recreación de toda la población”, explica Sebastián Villarroel, profesor de educación física en la institución.
Ricardo Silva, padre de cuatro niños, y residente de la población Colón Oriente cuenta que sus dos hijos mayores asisten a clases de computación en el centro comunitario Diaguitas, y que confía en el lugar, ya que cuando él fue un adolescente también utilizaba los servicios otorgados por el centro comunitario. “Ayuda por el acceso que da a la gente a las cosas”, añadió Silva.
Al igual que los hijos de Ricardo, gracias al apoyo dado por la CONASA al otorgar computadores y tecnología para que las personas aprendan a usar estas herramientas,
aproximadamente unos 30 niños más pueden recrearse en el centro y mantenerse alejados de las calles.
“El poder mantener ocupada a la gente y reunirse como organización se valora mucho. Este lugar se ha portado muy bien, ayuda a que se diviertan los niños chicos sin que estén en la calle y empiecen con las malas juntas, que es lo que uno no quiere que pase como padre. Gracias a la municipalidad de Las Condes y a la Junta de vecinos, todo se encuentra muy organizado” cuenta Manuel Rojas, vendedor de un almacén frente al centro comunitario.
A pesar de que en Colón Oriente no es posible encontrar guardias, patrullas de carabineros pasan periódicamente por el sector, y los guardias del centro ayudantambién en la labor de resguardar a la comunidad, aunque como cuenta Esteban Fernández, un guardia del centro, “Muchos de los guardias se van porque el lugar es malo, muchos no quieres trabajar por que los cabros chicos del lugar son flaites, pero a los tíos del comunitario los respetan”.
El Servicio Nacional de Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA, ex CONACE) es también un pilar importante en el centro, ya que sin su apoyo no sería posible reivindicar a los muchos jóvenes consumidores que se encuentran en el sector.