Algo más que solo narcotraficantes y malos vecinos
Santiago, 2011.-La estigmatización que sufren las personas en el barrio Colón Oriente por los vecinos que viven en sus cercanías es fuerte, dicen que la población es peligrosa. Lo primero que te aseguran es que quienes roban en los condominios y casas del sector son los residentes de la población, pero no todo es como lo pintan.
En la calle Paul Harris no hay más que casas y en cada esquina un nuevo almacen.
Al decender por la calle mapuches para llegar al corazón del barrio Colón oriente, reina la paz, uno que otro peatón circula por la calle y en un pasaje decorado con mosaicos es posible ver el atardecer en todo su esplendor.
Se pierde el silencio al llegar a la plaza frente al centro comunitario Diaguitas. Todo es risas y murmullos de vecinos en el lugar, los niños y adolescentes juegan en una de las canchas y se ven unas cuantas parejas en la plaza.
Es la hora del té y los vecinos salen de sus casas a comprar el pan y aprovechar de sacar un rato a los más pequeños, a quienes jamás pierden de vista por las malas juntas que pueden encontrar. Es en esta hora cuando los drogadictos y narcotraficantes, la mayoría mujeres con coches, salen a la plaza a efectuar transacciones y ventas.
Según Luis Lebran Vasquez, guardia del Centro Comunitario Diaguitas, el consumo de drogas en Colón Oriente va en descenso, pero su preocupación no es solo por la cantidad “hay muchos jóvenes rodeados de narcotraficantes, éstos son quienes están propensos a caer en la drogadicción y una vez que caen es imposible sacarlos.Algunos se inician solos y otros por las malas influencias”.
Francisco (26) un vecino externo al lugar afirma que “Antes pensaba que era peligroso, pero la gente es simpática. En general, son buenas personas.Antes el sector era conflictivo, pero ahora es mucho más tranquilo, siempre se pasean autos de Seguridad Ciudadana y los vecinos siempre denuncian las irregularidades”.
El Centro Comunitario Diaguitas, tiene como objetivo ayudar a los jóvenes, con problemas de drogas y alcohol, y realizar talleres para niños con el fin de que no entren en los vicios que ven en el barrio desde muy pequeños. Se imparten talleres de lenguaje, matemáticas e inglés con el fin de ayudar a los jóvenes del sector a mejorar su rendimiento escolar, así como también talleres que permitan su entretención como de danza, música y arte.
Por lo que relata Joaquín, el centro comunitario ha cumplido con su objetivo de reunir a los niños del sector y entregarles talleres que permitan que no pasen todo el tiempo en las calles, en las que seguramente se perderían. Él toma clases de música en el centro.
Los vecinos del barrio suelen ayudarse mutuamente y en reiteradas instancias comparten buenos momentos en el centro comunitario gracias a los talleres que ahí se imparten y a los actos que los niños de la zona crean para las grandes celebraciones.
Santiago, 2011.-La estigmatización que sufren las personas en el barrio Colón Oriente por los vecinos que viven en sus cercanías es fuerte, dicen que la población es peligrosa. Lo primero que te aseguran es que quienes roban en los condominios y casas del sector son los residentes de la población, pero no todo es como lo pintan.
En la calle Paul Harris no hay más que casas y en cada esquina un nuevo almacen.
Al decender por la calle mapuches para llegar al corazón del barrio Colón oriente, reina la paz, uno que otro peatón circula por la calle y en un pasaje decorado con mosaicos es posible ver el atardecer en todo su esplendor.
Se pierde el silencio al llegar a la plaza frente al centro comunitario Diaguitas. Todo es risas y murmullos de vecinos en el lugar, los niños y adolescentes juegan en una de las canchas y se ven unas cuantas parejas en la plaza.
Es la hora del té y los vecinos salen de sus casas a comprar el pan y aprovechar de sacar un rato a los más pequeños, a quienes jamás pierden de vista por las malas juntas que pueden encontrar. Es en esta hora cuando los drogadictos y narcotraficantes, la mayoría mujeres con coches, salen a la plaza a efectuar transacciones y ventas.
Según Luis Lebran Vasquez, guardia del Centro Comunitario Diaguitas, el consumo de drogas en Colón Oriente va en descenso, pero su preocupación no es solo por la cantidad “hay muchos jóvenes rodeados de narcotraficantes, éstos son quienes están propensos a caer en la drogadicción y una vez que caen es imposible sacarlos.Algunos se inician solos y otros por las malas influencias”.
Francisco (26) un vecino externo al lugar afirma que “Antes pensaba que era peligroso, pero la gente es simpática. En general, son buenas personas.Antes el sector era conflictivo, pero ahora es mucho más tranquilo, siempre se pasean autos de Seguridad Ciudadana y los vecinos siempre denuncian las irregularidades”.
Joaquín (14), residente del barrio cuenta que “de noche y en la madrugada se escuchan balazos y los gritos de muchos jóvenes que se encuentran bajo los efectos del alcohol y drogas.
El Centro Comunitario Diaguitas, tiene como objetivo ayudar a los jóvenes, con problemas de drogas y alcohol, y realizar talleres para niños con el fin de que no entren en los vicios que ven en el barrio desde muy pequeños. Se imparten talleres de lenguaje, matemáticas e inglés con el fin de ayudar a los jóvenes del sector a mejorar su rendimiento escolar, así como también talleres que permitan su entretención como de danza, música y arte.
Por lo que relata Joaquín, el centro comunitario ha cumplido con su objetivo de reunir a los niños del sector y entregarles talleres que permitan que no pasen todo el tiempo en las calles, en las que seguramente se perderían. Él toma clases de música en el centro.
Los vecinos del barrio suelen ayudarse mutuamente y en reiteradas instancias comparten buenos momentos en el centro comunitario gracias a los talleres que ahí se imparten y a los actos que los niños de la zona crean para las grandes celebraciones.
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